La Congegación del "Rebaño de María" nació en Cádiz. Las primeras hermanas tomaron el hábito franciscano en la Iglesia de Capuchinos, y fue en el barrio de la viña donde comenzó su andadura.

Hoja Informativa nº 18

miércoles, 19 de febrero de 2014
 
 
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 Cofundador y compañero de camino.
Otro acontecimiento doloroso se presenta en la vida de Madre Mª de la Encarnación, la enfermedad y muerte del P. Medina. Ofrecemos  una breve pincelada de su biografía como agradecimiento a sus grandes virtudes y cualidades, con las que contribuyó a  implantar los cimientos de este Instituto.
   D. Francisco de Asís Medina y Muñoz nace en Cádiz el día 12 de julio de 1840, siendo bautizado el día 16 del mismo mes en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario por el presbítero D. Francisco Peral, natural de Montellano y vecino de esta ciudad.
   Sus padres, D. José Medina, natural de Cádiz y Dª Juana Muñoz, natural de Huelva,  lo educan cristianamente y, ya desde pequeño, presienten los designios que el Señor tiene sobre su hijo. A los 17 años,  Francisco de Asís convencido de que el Señor lo llama para el sacerdocio, se lo comunica a sus padres, quienes con alegría y agradecidos a Dios, le dan su bendición y el permiso para empezar los estudios eclesiásticos. Persona dotada, desde su juventud, de gran memoria y extraordinaria facilidad de palabra, es ordenado Presbítero el 10 de diciembre de 1865 por el Ilmo. Sr. Obispo Fray Félix Mª de Arriete. En el citado año, es salmista, segundo apuntador de coro y segundo maestro de ceremonias de esta Santa Iglesia Catedral.
Apóstol incansable de la Palabra, día hubo que llegó a predicar seis sermones, sin contar el que cotidianamente hacía al Rebaño, pues, como decía él mismo, “éste era de mi obligación”. Fue también infatigable y fogoso a la hora de defender la ortodoxia de la fe católica, que él consideró seriamente amenazada en la comarca gaditana, ante la proliferación de los hermanos que seguían las doctrinas Martín Lutero. Precisamente llevado de este celo, inició, el 10 de agosto de 1876, en colaboración con Madre Encarnación y otras voluntarias la obra de las Escuelas del Rebaño de María de la Divina Pastora, que desarrollaron un importante papel cultural, social y religioso a la vez en la ciudad de Cádiz, en tanto no se clausuraron las escuelas protestantes y se promovieron  Escuelas Nacionales.
Después, cuando Madre Encarnación inició su quehacer de fundadora de una nueva Congregación e iniciadora del primer Asilo en que cumplir la misión apostólica propia, recogiendo y educando cristianamente a huérfanas y desamparadas, él fue su más cercano colaborador y su firme apoyo, excediendo, por cariño y dedicación las obligaciones que le competían como padre Director de las hermanas del Rebaño de María. Tal fue su cercanía e implicación en la obra fundacional, que, con todo merecimiento es considerado el Cofundador de la Congregación, que se consolida en el año 1887 con el establecimiento del Asilo en el Barrio de San Carlos, calle S. Sebastián, nº 5, gracias a la donación de una piadosa señora, dirigida del P. Medina, Dª Mª de los Dolores Aguirre y Larraondo.
            Así pues, D. Francisco de Asís Medina pone los cimientos del naciente Instituto del Rebaño de María, trabajando constantemente por inculcar en las primeras religiosas el espíritu de humildad y pobreza evangélica, y, junto a la insigne fundadora Madre Encarnación Carrasco Tenorio escribe unas Constituciones, que son aprobadas el 3 de febrero de 1891 por el Excmo. Señor D. Vicente Calvo y Valero, Obispo de Cádiz.  
Nuestro  Cofundador, el P. Francisco de Asís Medina y Muñoz, guiado por su celo apostólico y amor a las clases más humildes de la sociedad, predicando una cuaresma a unos pescadores en Campamento (Cádiz), sufrió  un accidente en un dedo del pie, se ve aquejado del mal de la gangrena que va minando lentamente su salud, por lo que tiene que soportar dolorosas curas en el pie. Muere pobre en la paz del Señor el día 24 de diciembre de 1908, a los 69 años de edad, cuando se celebra la Misa de medianoche, y, en la Capilla de su querido Rebaño voltean las campanas convocando a los fieles creyentes al regocijo del misterio del Nacimiento del Salvador.


      Favores
“Son muchas las dificultades que se presentan en la vida, y que a diario trato de solucionar. Últimamente me he visto sacudida por la enfermedad y el paro, situaciones que al ser de mis hijos me hacían desesperar. Como soy gran devota de Madre Encarnación me encomendé a ella con mucha fe,  oraba con la confianza de que ella intercedía ante Dios por los míos, y así fue. El diagnóstico de la enfermedad no era de la gravedad que en un principio nos dieron. Y mi hijo encontró trabajo. Agradecida propago su vida y envío una limosna para su causa”.
Una devota de Cádiz.
 
 
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