El P. Medina reúne a las cuatro religiosas y les comunica la urgente necesidad de abrir otra escuela en el barrio de San Severiano, extramuros de la ciudad, y propone a Madre Isabel Méndez que sea ella la encargada de buscar local y hacer todas las gestiones para abrir la escuela. Esta hermana responde al Cofundador que no se encuentra con fuerzas ni salud suficiente para emprender tan importante tarea. Madre Mª de la Encarnación, con su gran disponibilidad, se ofrece para llevarla a cabo. Acompañada de una niña, visita al Párroco de San Severiano y le comunica sus deseos de instalar la escuela. Satisfecho ante esta iniciativa le autoriza y orienta para buscar local en unos almacenes desalojados. Con una actividad asombrosa realiza la limpieza y prepara el mobiliario que le proporciona el Párroco.
A imitación de Jesús Buen Pastor que busca a la oveja perdida, M. Mª de la Encarnación visita casa por casa del populoso barrio buscando las niñas para escolarizarlas, siendo muy bien acogida por las familias que desean tener una escuela donde instruir a sus hijas.
El 10 de Enero de 1879 inicia las clases, ayudada por dos alumnas más aventajadas, ya que las hermanas quedan con las otras escuelas. Además de las clases imparte catequesis de preparación para los sacramentos. El P. Medina, con su gran celo, organiza teatros, giras campestres, juegos y diversiones que atraen a las jóvenes y niñas con entusiasmo.
Nuestra incansable Fundadora, rebosante de celo y deseosa de hacer el bien, desarrolla una gran actividad; su heroica caridad le hace olvidarse de sí misma y entregarse con gran solicitud a tantas jóvenes que esperan anhelantes sus enseñanzas. Pronto se hace notar esta benéfica influencia en el barrio.
Muy a pesar suyo, a Madre Mª de la Encarnación no le es posible continuar este apostolado en el barrio que tan bien la ha acogido y a quién quieren y veneran por la instrucción que generosamente ofrece a sus hijas. La Fundadora y el P. Medina se entrevistan con el Párroco que, a toda costa, quiere evitar su partida, y buscan unas señoras cualificadas para la enseñanza, que se hacen cargo de la escuela, pudiendo comprobar posteriormente que las alumnas progresan en su educación y formación cristiana. En octubre de 1879 deja Madre Mª de la Encarnación estas escuelas.
Agradecen Favores, Solicitan propaganda y Envían Donativos:
Andrea Álvarez Durán. Lima (Perú).
Anónimo. Feligresa Parroquia de Santo Tomás. Cádiz.
Manuel Novo Dabrio. Huelva.
Juana Jiménez Montero. Chiclana (Cádiz).
Josefa Ruíz Sanz. Córdoba.
Miguel Campbell. Kanturk. (Irlanda).
nº de cuenta para los que quieran colaborar con donativos
2024-0310-61-3300022649.
El Canciller D. Giacomo Pappalardo
en el momento de proceder a la apertura oficial de las Actas
El primer acto oficial que sigue a la entrega del material en la Cancillería de la Congregación de las Causas de los Santos es la confirmación del Postulador de la Causa en Roma. Este acto, en la Causa de Canonización de M. Mª de la Encarnación, ya ha tenido lugar, al igual que la solicitud a la Congregación pidiendo la apertura oficial del Proceso en Roma.
Una vez que el Postulador de la Causa, P. Alfonso Ramírez Peralbo, dio estos pasos, el Decreto de Apertura Oficial, firmado por el Card. Prefecto y el Secretario, llevaba fecha del 7 de febrero y la apertura tenía lugar la mañana del 8 de febrero en la Cancillería de la Congregación. El Canciller, D. Giacomo Pappalardo, procedió a revisar y verificar, folio por folio, si todo estaba hecho conforme al derecho, si cada folio venía firmado y sellado por el Notario Actuario; todo ello son formalidades necesarias y requeridas por el protocolo de la Congregación.
Una vez consignadas en la imprenta y encuadernadas, las copias se devuelven a la Congregación, quien entrega al Postulador una copia, llamada “Copia pública”, la otra se queda en el archivo de la Congregación. Con la copia que el Postulador recibe, se inicia el trabajo de la redacción de la Positio, que es el volumen que luego estudian los historiadores, los teólogos y los obispos y cardenales antes de que la Sierva de Dios sea declarada Venerable. A partir de este momento, el Postulador pide, por escrito, a la Congregación venga asignado un Relator a la Causa.
Hasta aquí son los pasos que la Causa de Madre Mª de la Encarnación Carrasco Tenorio ha dado ya en la Congregación de las Causas de los Santos, lo demás, toca a nosotros rezar y pedir al Señor, por intercesión de la Sierva de Dios, para que se digne honrarla con un milagro y pueda ser pronto inscrita en el libro de los Beatos.