La biógrafa de la Sierva de Dios, nos relata que con el fallecimiento de nuestro cofundador empieza una nueva etapa para el Instituto y su Fundadora, quien redobla sus esfuerzos e intensifica el trabajo de formación espiritual de las hermanas, para que, en lo posible, no se resientan en su vocación con la ausencia del prudente y sabio P. Medina, procurando que las religiosas afiancen su celo por la gloria de Dios.
Por este tiempo empieza
a escribir circulares internas a las distintas Casas en las que entremezcla las
advertencias y exhortaciones espirituales con las disposiciones y avisos de
orden material.
Como primer acontecimiento notable
mencionamos la visita del Sr. Visitador de Religiosas, D. José García Deulofeu,
que manifiesta la conveniencia de nombrar un director espiritual para el
Instituto, nombramiento que el Sr. Obispo cree prudente recaiga en el Sr. D.
José Mª Cortés, Canónigo de la S. I. Catedral de Cádiz, sacerdote ejemplar y
lleno de celo por la gloria de Dios y bien del Instituto, por haber sido
compañero inseparable del P. Medina, por cuya iniciativa venía cuidando de la
congregación durante los últimos meses de su enfermedad.
El nuevo director espiritual, que acepta
con gran satisfacción este cargo, en sesión celebrada el 12 de marzo de 1909,
comienza con desvelo y prudencia a conocer el espíritu del Instituto y de cada
hermana en particular, con deseos de ayudar a la verdadera y legítima
fundadora, M. María de la Encarnación,
quien, con gran humildad y confianza en el Señor, se somete absolutamente al P.
Director, y hace que todas las hermanas le profesen amor y respeto, como venido
por voluntad de Dios.
D. José Mª Cortés de Quevedo muestra gran interés en
realizar una visita particular a todas las Casas fundadas para conocer tanto el
régimen, el desenvolvimiento y la labor desarrollada por las hermanas, como el
cumplimiento de lo contratado en cada una de estas fundaciones.
Una vez efectuada dicha visita a las Casas, el P.
Director manifiesta un gran entusiasmo por el buen espíritu y orden que
encuentra en ellas, así como por la buena marcha y la magnífica labor
desarrollada por las hermanas en el campo de la educación religiosa y moral de
niñas, jóvenes y adulta “renovando con
ello los pueblos incultos que sufrían gran ignorancia en el conocimiento de
Dios”. Hace mención de los buenos informes obtenidos en las entrevistas
mantenidas con los respectivos Sres.
Párrocos donde hay Casas fundadas, quienes manifiestan el fiel cumplimiento de
las Hermanas en sus obligaciones, y el buen ejemplo y edificación que causan a
cuantas personas se relacionan con ellas.
Siendo todos estos acontecimientos motivo de alegría para
nuestra querida madre Fundadora, que veía cómo ésta pequeña y humilde Congregación
se iba afianzando en la construcción del Reino.
Favores
“Son muchas las dificultades que se presentan en la vida, y que a diario trato
de solucionar. Últimamente me he visto sacudida por la enfermedad y el paro,
situaciones que al ser de mis hijos me hacían desesperar. Como soy gran devota
de Madre Encarnación me encomendé a ella con mucha fe, oraba con la confianza de que ella intercedía
ante Dios por los míos, y así fue. El diagnóstico de la enfermedad no era de la
gravedad que en un principio nos dieron. Y mi hijo encontró trabajo. Agradecida
propago su vida y envío una limosna para su causa”.
Una devota de Cádiz.
Poesía dedicada a Madre María de la Encarnación
María de la
Encarnación,
violeta escondida por
amor,
tu vida: silencio,
camino de entrega
hacía Dios.
Enviada de Dios,
consagrada,
pedagoga con miras de
fe;
tu ideal: servidora
de todos,
tus modelos: Jesús,
María y José.
Fue tu vida una cruz
dolorosa
que supiste en tus
hombros cargar,
tu oración escondida
y callada
animó tus deseos de
amar.
Hoy tus hijas alaban
al Padre
por tu vida repleta
de amor,
por tus manos
abiertas al pobre,
por tu obra que es
obra de Dios.
José Laguna Menor
Agradecen favores, solicitan propaganda y envían
donativos:
Eduardo Alonso
Hidalgo Segura. Costa Rica.
Antonia Ruiz. Cádiz.
Louis Colca. Texas.
USA.
Ramona Busto López.
Jaén.
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