La Congegación del "Rebaño de María" nació en Cádiz. Las primeras hermanas tomaron el hábito franciscano en la Iglesia de Capuchinos, y fue en el barrio de la viña donde comenzó su andadura.

HOJA INFORMATIVA Nº 17 - Controversias internas en el Instituto

domingo, 16 de febrero de 2014
 
 
 Edit Post


Controversias internas en el Instituto.

Por el año 1906, cuando la Congregación parecía ya suficientemente arraigada y asentada, Madre Mª de la Encarnación experimentó un nuevo motivo de dolor y sufrimiento. En esta ocasión la cruz no era ni el sentimiento de soledad, ni la enfermedad, ni tan siquiera la escasez de medios. Se trataba de algo, si se quiere más doloroso aún, para el ánimo humano. Se trataba de la ingratitud de quien venía comiendo el mismo pan y untando en el mismo plato.
Algunas hermanas, a pesar de de haber compartido las estrecheces y pobreza de Madre Mª de la Encarnación desde los inicios y a pesar de ser testigos privilegiados de sus sufrimientos y desvelos, no tenían, buenas intenciones  y llegaron a poner en grave peligro la estabilidad del Instituto. Llevadas de esa vanidad llegaron a considerar que Madre Encarnación no les confiaba los cargos para los que ellas se sentían capacitadas y de los que, además, se consideraban merecedoras.
Estas hermanas elevaron sus quejas y protestas a instancias superiores que, a su vez requirieron la intervención del Padre Medina, como director que era de la Congregación.



Cuando Madre Encarnación  se enteró de las acusaciones y calumnias que se hacían contra ella, se limitó a decir con el corazón apesadumbrado:
“Esta es una nueva prueba que el Señor me envía. Él  saldrá en mi defensa. Yo, por mi parte, esperare con paciencia lo que quiera enviarme.”
            En enero de 1907, se presentó en la Casa Madre un canónigo, enviado por el Sr. Obispo, quién realizó una concienzuda visita canónica a la Congregación. Tras ser  entrevistadas todas las religiosas por el  Sr. Visitador, queda al descubierto la intriga urdida por tales hermanas, con ánimo de verse exaltadas, y demostrado el justo juicio de Dios

Una vez pasadas estas contrariedades, M. Mª de la Encarnación, con conciencia tan pura como recta y con verdaderas entrañas de madre, se adelanta presurosa a abrazar y consolar a sus hijas para demostrarles su amor y para que se cercioren de que estas luchas no han minado su salud ni quebrantado su ánimo para seguir al frente de su amado Instituto.  

 


Favor

“Doy gracias a Madre Encarnación por escuchar mi súplica y por interceder ante Dios para poder encontrar a mis hijos y nuevamente tenerlo conmigo después de varios años de desesperación por su ausencia.
Gracias a Dios y a Madre Encarnación por concederme este favor y tener la felicidad de estar con mis hijos.
Andrea Álvarez Durán
Lima – Perú

 



 
 
comentarios Publicar un comentario

Publicar un comentario

 
Acceder | Nueva Entrada | Configuración | Diseño | Edición HTML | Salir